ISLAM POLÍTICO: LA RELIGIÓN COMO DISCURSO LEGITIMADOR

   

      
En el Medio Oriente la religión ocupa un lugar fundamental tanto en el sentimiento nacionalista como en la práctica política. El 94% de la población total rinde culto a la religión islámica y, por esta razón puede ser considerada como un factor de identidad colectiva. La política halló al lenguaje religioso el mas efectivo para realizar un discurso legitimador para la movilización de personas.
      El islam político se instauró a partir de la gran importancia otorgada a la religión durante la  Revolución Islámica. Este movimiento que agrupaba a sectores de diversos intereses establecieron un nuevo régimen democrático con división de poderes y consejos religiosos que controlaban los candidatos y las leyes.

      A partir de la fundación de este nuevo régimen, surgieron una serie de organizaciones opositoras que tomaban este discurso religioso para el enfrentamiento militar con otros objetivos y proyectos que la Revolución Islámica. Algunos ejemplos de estos grupos son los talibán afganos y Al Qaida que, bajo el islam como discurso legitimador de la dominación, busca la conversión de los pueblos a la religión islámica. 

       En el año 632 cuando murió el Profeta Mahoma, se produjo la división entre las dos ramas principales del Islam, el chiísmo y el sunismo, debido a su oposición de quien debía ser el próximo líder. Unos querían escoger al siguiente líder (sunitas) y los otros creían que el poder debía ser heredado al primo y yerno de Mahoma (chiítas). Hoy en día esta división religiosa también tiene una variante política, que constituye una lucha por la influencia regional entre los poderes políticos, y una contra parte económica que influye en el establecimiento.

      Por ende, el islam no solo es un medio de identificación cultural, sino que también un discurso político movilizador de masas debido a su carácter sagrado.      


Nota escrita por Angeles Persano, Lourdes Bracamonte y Ana Laura Maldonado